Los profesionales de la arquitectura saben que un buen render tridimensional es la mejor manera de presentar su proyecto. Pero resulta que la infografía, y concretamente el diseño 3D, son algo más que un mero formato visual. Es un arte, y el arte nos conecta con la vida.

El diseño 3D: trucos y herramientas

Una imagen fotorrealista diseñada con infografía 3D es capaz de provocar emociones que nos transmiten la sensación de realidad a un nivel psicológico y profundo. Lo mismo se podría decir de la fotografía, ciertamente. Lo que ocurre es que la infografía 3D juega con ventaja, y puede llegar más lejos porque tiene más herramientas. Estas son las más destacables.

1. Modelado 3D

Esta rama de la infografía podría ser el equivalente a la escultura, en tanto que se rige por mismas leyes físicas. De hecho el modelado 3D es un arte en sí mismo, que sirve para representar de forma realista objetos que sólo existen en el mundo virtual. La apariencia fotorrealista de los objetos creados con 3D  los hacen indistinguibles de una fotografía. Por eso, cuando se requiere un renderizado de estas características, a veces se delega esta tarea en un profesional del modelado 3D.

2. Encuadre

La elección del punto de vista es la primera decisión artística a la hora de afrontar un diseño 3D. En realidad es lo mismo que haría un fotógrafo, solo que la infografía 3D permite visualizar un espacio desde cualquier ángulo imaginable. En un proyecto 3D, el espacio se puede mostrar desde los puntos de vista del usuario para reforzar la sensación de realidad.  

3. La regla de los tercios

Esta es una técnica de composición que proviene de la pintura, y que está centrada en ordenar los objetos dentro de la imagen, dividiéndola en tres, tanto en vertical como en horizontal, dando lugar a nueve partes iguales. La regla de los tercios se utiliza para buscar el equilibrio, resaltando la parte deseada de un espacio, y creando la simetría necesaria para evocar una sensación de confort.

4. Iluminación

La iluminación proporciona el ambiente del espacio. Un espacio que no existe todavía, porque estamos hablando de un proyecto, y aquí es donde el diseño 3D puede marcar la diferencia. Para empezar, podemos elegir el mejor momento del día para resaltar las características de un determinado espacio. La luz de la mañana en la cocina, o la luz de las velas en un restaurante…, el diseño 3D tiene las herramientas para iluminar cada espacio de forma rápida.

5. La postproducción

Las herramientas de diseño 3D permiten añadir, cambiar o eliminar elementos para afinar el proyecto antes de su presentación. En esta fase final, todavía hay margen para la creatividad. Es un buen momento para aplicar efectos especiales, integrar elementos nuevos, modificar la iluminación, o cualquier otra acción que ayude a mostrar las sensaciones que el artista busca transmitir.